La Ceguera de los expertos – Errores Estúpidos
“ERRORES ESTÚPIDOS” QUE HAN PASADO DESAPERCIBIDOS DURANTE DECENIOS. ACABAREMOS CON LA OBESIDAD CUANDO ABRAMOS LOS OJOS A “LO EVIDENTE”
(Mostrando 6 al 10) (Errores Estúpidos 1 al 5) (Error Estúpido 11)
SEXTO ERROR
“TODAS LAS CALORÍAS SON IGUALES”
¡¡ABSOLUTAMENTE FALSO Y ABSOLUTAMENTE ESTÚPIDO!!
Este “error estúpido”, quizás el más estúpido de todos los que hemos comentado, se ha venido promulgando como verdad incontrovertible durante muchísimos años y es consecuencia de la equivocada creencia (también generalmente aceptada) de que “necesitamos alimentarnos “sólo” para recibir energía”.
Empecemos por decir que todas las calorías son iguales ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE EN CUANTO A LA ENERGÍA QUE NOS PROPORCIONAN, una caloría proporciona la misma energía que otra caloría, algo que parece tan evidente que ha nublado la vista y anulado el sentido común de todos los investigadores nutricionales durante décadas.
Pero, cualquiera que sepa cómo funciona nuestro cuerpo sabe perfectamente que el estar bien o mal nutrido no depende SÓLO Y EXCLUSIVAMENTE DE LA ENERGÍA QUE RECIBIMOS.
En cuanto a lo “VERDADERAMENTE IMPORTANTE DE LA NUTRICIÓN” y lo “VERDADERAMENTE IMPORTANTE PARA NUESTRA SALUD que es: PROPORCIONAR A NUESTRAS CÉLULAS LOS ELEMENTOS QUÍMICOS QUE NECESITAN PARA REGENERARSE Y CONTRARRESTAR LOS EFECTOS DE SU CONSTANTE E IMPARABLE DEGENERACIÓN Y ENVEJECIMIENTO, los efectos para nuestro cuerpo de una caloría de proteínas y los de una caloría de carbohidratos o grasas, no solamente NO SON IGUALES sino que son “DIAMETRALMENTE OPUESTOS”.
Las proteínas son, como indicamos al definirlas, “LOS NUTRIENTES PLÁSTICOS POR EXCELENCIA”, son el único macronutriente que contiene nitrógeno y están compuestas por cadenas de aminoácidos que son los “elementos químicos” que nos permitirán recomponer la proteína humana en cada una de nuestras células a medida de que se van deteriorando o degenerando por la acción del tiempo (envejecimiento). Proporcionan 4 calorías/gramo de “excelente calidad”, “muy llenas” en comparación con las “calorías vacías”.
En cambio los carbohidratos, como también decimos al definirlos, son “EL COMBUSTIBLE MÁS FÁCIL DE UTILIZAR POR NUESTRO ORGANISMO”, no contienen nitrógeno ni aminoácidos y “NI SIQUIERA SON COMPONENTES QUÍMICOS DE NUESTRAS CÉLULAS”, QUE ESTÁN HECHAS DE PROTEÍNAS Y GRASAS BÁSICAMENTE. Sólo los vegetales contienen carbohidratos en la composición química de sus células. También proporcionan 4 calorías/gramo pero de “pésima calidad”, y por eso les llamamos “calorías vacías”
Ninguno de los alimentos “verdaderamente nutritivos”, carnes de cualquier animal, pescados de todos los tipos, huevos o quesos, contienen ABSOLUTAMENTE NADA DE CARBOHIDRATOS porque todos ellos están hechos exclusivamente de proteínas y grasas (como macronutrientes), exactamente igual que los trillones de células que componen nuestro cuerpo o el de cualquier animal.
Resumiendo: las proteínas y grasas son componente de nuestras células y esenciales para regenerarlas (por eso les llamamos “nutrientes esenciales” o, como yo las llamo, “nutrientes regeneradores”), mientras que los carbohidratos son exclusivamente “combustible” y no existe ningún carbohidrato que podamos considerar “esencial”. A pesar de todo esto, durante las 6 últimas décadas nos hemos estado preocupando enormemente de la “cantidad” de calorías que ingerimos pero nos hemos olvidado de su “calidad”.
¿Cómo ha sido posible que, durante más de 60 años, hayamos estado diciendo la “estupidez” de que una caloría de proteínas y otra de carbohidratos son iguales? ¿Estamos todos locos o es que los falsos prejuicios han destruido nuestra más elemental capacidad de razonamiento?
“Sólo poniendo en duda lo que creemos saber, lograremos que la ciencia progrese”. Jaime Brugos.
“ESTE ES EL CAMINO (el de la investigación), QUE MARCA LA ISODIETA”
SÉPTIMO ERROR
“LA PROTEÍNA DE SUERO ES LA MEJOR PARA GANAR MÚSCULO”
¡¡¡MANIPULADO!!!
En miles de revistas y páginas relacionadas con la nutrición, el culturismo y otros deportes, leemos constantemente que las proteínas de suero (whey), son de rápida asimilación, mientras que las proteínas de caseína, son de lenta asimilación y, en función de eso, son recomendadas para una u otra hora del día.
La “caseína” es la mayor parte de la proteína de la leche (80%) que se utiliza para fabricar quesos, yogures, requesón, etc., mientras que el suero (whey) es el líquido transparente que expulsan los quesos al formarse y del que hay millones de toneladas en todo el mundo como sobrante de la fabricación de quesos. Millones de toneladas que no valen nada o que tienen un valor negativo porque antes las fábricas de queso tenían que pagar un alto precio para deshacerse de ellas sin que contaminaran el medio ambiente. Se trata de una materia prima baratísima o con coste negativo, que ahora se utiliza para fabricar proteínas en polvo. Tan barato es este producto o les interesa tanto a los fabricantes utilizar el suero, que han logrado elaborar lo que llaman “caseína micelar” que ahora se está empezando a extraer también del suero y, como él, tiene el grave inconveniente de que sus partículas son extremadamente pequeñas. Las micelas tienen un diámetro medio de unos 120 nm. El nanómetro (nm) es la milmillonésima parte de un metro o, lo que es lo mismo, la millonésima parte de un milímetro.
El que la caseína micelar tenga las partículas tan microscópicas, igual que sucede con el suero, se presenta por los fabricantes como una ventaja cuando realmente representa un inconveniente ya que se digieren tan deprisa que vuelca de golpe un exceso de aminoácidos en sangre que superan la capacidad de asimilación, originando sobrantes que hay que eliminar por el riñón.
Tratando de resolver esta verdadera dificultad, la fábrica americana “Optimum Nutrition” (propiedad de una gigantesca fábrica de quesos), acaba de sacar una nueva caseína micelar que llaman Tri-celle, de la que afirman que han logrado agrupar cada 3 partículas en una sola para que tenga mayor tamaño y sus aminoácidos se incorporen a sangre más lentamente. Os puedo decir que yo la he probado y sus partículas siguen siendo tan pequeñas que casi ni siquiera dan densidad y color al líquido en que se disuelvan.
Cuando decidí fabricar el Vitality 95, hice una investigación muy profunda para encontrar una materia prima que garantizara la ganancia de músculo y la pérdida de grasa, incluso sin ejercicio ya que la inmensa mayoría de los pacientes que atiendo en mi consulta de Miami son personas obesas y sedentarias y, si no es con lo mejor de lo mejor, resulta muy difícil lograr los magníficos resultados que estamos logrando.
En la exhaustiva selección que hice, me decanté por utilizar la misma materia prima que se utiliza para fabricar el “Casilán”, el alimento-medicamento que usa la industria farmacéutica para recuperar a niños y ancianos desnutridos. Esta materia prima es el caseinato cálcico originario de Australia y Nueva Zelanda, las partículas son muchísimo más grandes, su valor biológico es óptimo y la permanencia de los aminoácidos en sangre se alarga por horas. Es el más rico en ácido glutámico, precursor de la glutamína.
Empecemos por decir que todas las proteínas se digerirían casi a la misma velocidad si sus partículas fueran del mismo tamaño pero en el caso de las proteínas de suero (whey) y de la caseína micelar (extraída ahora también del suero), las partículas son tan diminutas porque provienen del suero que es un líquido transparente debido al ínfimo tamaño de sus partículas y de las micelas que ya de por sí son microscópicas.
Cualquier tipo de proteína en polvo que tomemos disuelta en agua u otros líquidos, sea del tipo que sea, se digiere bastante bien porque llega al estómago muy diluida y los jugos gástricos cumplen perfecta y rápidamente su función de romper las cadenas de aminoácidos que las forman, sin ningún obstáculo. Pero, en el caso del suero y de la caseína micelar, las partículas son tan extremadamente finas que provocan un exceso de asimilación que muy frecuentemente supera nuestra capacidad, haciendo que entren demasiado deprisa en sangre y que una parte de ellas se desperdicie igual que si superáramos nuestra capacidad de asimilación con carne, pollo, etc.
Una vez digeridas las proteínas, sus aminoácidos ya liberados se incorporan a la sangre y son distribuidos por todo el cuerpo hasta llegar a los trillones de células que lo componen y es en su interior, donde se recompone la proteína humana que es el material básico de todas ellas. Por lo tanto, el provecho que podamos obtener de una determinada proteína no depende de su velocidad de asimilación sino de su permanencia o duración en sangre. COMO VEMOS NO ES TAN SIMPLE COMO DECIR QUE UNAS PROTEÍNAS SEAN DE RÁPIDA Y OTRAS DE LENTA ASIMILACIÓN.
Como todos sabemos, cuando en ese proceso de asimilación y regeneración se agota uno de los aminoácidos que llamamos “esenciales”, más concretamente el que llamamos “aminoácido limitante”, automáticamente se interrumpe el proceso de asimilación y regeneración celular y todo el resto de aminoácidos que circulaban por la sangre resultan inútiles y deberán ser eliminados como sobrantes.
Aquí es donde hay una diferencia fundamental entre la caseína o el suero y el caseinato cálcico, los primeros mantienen su capacidad de regeneración durante poco tiempo, por eso se dice “de rápida o corta asimilación”, mientras que el caseinato cálcico mantiene su capacidad de regeneración durante mucho más tiempo, hasta que ya no queda prácticamente nada de los otros aminoácidos esenciales, por eso se dice que es “de completa asimilación”.
Esta diferencia tan importante entre el suero o la caseína micelar y el caseinato cálcico es fundamental en personas con muy bajo metabolismo y poca actividad física.
Como siempre, cada persona es un mundo. Para un culturista que entrena con altísima intensidad todos los días, utilizar proteína de suero o caseína micelar puede resultar aceptable porque puede ingerir mayores cantidades y la parte que no asimila la utilizará como combustible y listo.
Pero para una persona obesa o con sobrepeso, QUE TIENE MUCHA GRASA QUE QUEMAR Y UN METABOLISMO MUY BAJO, la enorme ventaja del casinato cálcico puede suponer la diferencia entre PERDER GRASA Y GANAR MÚSCULO O, POR EL CONTRARIO, FRACASAR EN EL INTENTO. Por eso obtienen muy poco resultado aquellos obesos que intentan seguir la Isodieta con proteína de suero.
Aunque evidentemente la proteína de suero es mucho más barata que el caseinato cálcico porque el suero como materia prima es sumamente barato, al final de cuentas puede no haber mucha diferencia de costo para el consumidor pues el caseinato cálcico, al aprovecharse totalmente y durante más tiempo, permite utilizar dosis más pequeñas para los mismos o mejores resultados.
Otro “error estúpido” constantemente repetido por parte de los “expertos” es el de decir que debemos tomar proteína de suero inmediatamente después de entrenar para proporcionar a nuestros músculos “urgentemente” los aminoácidos que necesitan para fortalecerse.
La realidad es que, si el entrenamiento ha sido correcto y efectivo, nuestros músculos van a requerir aminoácidos circulando en la sangre durante dos, tres o cuatro días que es el periodo de desarrollo muscular y cicatrización de los microtraumas celulares que ocasionamos al entrenar de forma súper intensa. De nada serviría que hiciéramos una buena comida post entreno si no mantenemos esa circulación de aminoácidos en sangre, de forma continuada, durante el mayor tiempo posible en todo el proceso que, en caso de agujetas muy fuertes puede llegar a durar hasta cuatro días. Evidentemente, si durante esos cuatro días mantenemos las tomas regulares con caseinato cálcico (Vitality 95), la efectividad y aprovechamiento será muchísimo mayor.
Si esto es tan claro, ¿porqué hay tanta gente que sigue recomendando la proteína de suero? Pues muy sencillo, a los fabricantes les conviene muchísimo más vender proteína de suero porque la materia prima es prácticamente regalada y, por eso, repiten y repiten que es lo mejor del mundo, todo lo que se ahorran en la materia prima lo pueden usar en hacer publicidad y ya sabemos que la publicidad es muy efectiva. La venta de proteína de suero supone tantos cientos de millones de dólares de beneficios que la mayoría de las fábricas americanas de suplementos pertenecen, hoy en día, a los grandes fabricantes de queso.
Si realmente le interesa su salud, mantener un magnífico tono muscular “sin esteroides” y eliminar toda la grasa posible, le propongo que experimente en sí mismo lo que aquí he comentado, pruebe a estar dos meses con 4 batidos diarios de proteína de suero o caseína micelar (porque si lo prueba con uno al día no notará nada) y dos comiditas nutritivas. Después pruebe otros dos meses con 4 batidos al día de caseinato cálcico (Vitality 95), de la misma cantidad por toma y también con las dos comiditas de alimentos a los que está acostumbrado. Le garantizo que si realiza esa comprobación, en sólo esos dos meses, la diferencia será tan evidente que no le quedará ninguna duda al respecto.
“ESTE ES EL CAMINO, QUE MARCA LA ISODIETA”
OCTAVO ERROR
“ENTRENAR EN AYUNAS”… ¿BUENO O MALO?
Empecemos por analizar detenidamente la situación de nuestro cuerpo cuando nos levantamos de la cama en ayunas.
Como ya comentamos en el “4º ERROR”, al contrario de lo que se ha defendido durante décadas, al levantarnos del descanso nocturno no estamos escasos de combustible sino todo lo contrario. Llevamos muchas horas gastando el mínimo de combustible que determina nuestro metabolismo basal, el nivel de glucosa en sangre ha sido mantenido estable gracias a nuestro páncreas y los depósitos de glucógeno, musculares y hepáticos, se han ido recargando durante las 8 horas de reposo y recuperación.
Nos encontramos absolutamente descansados y pletóricos de energía, con todos nuestros depósitos de combustible perfectamente recargados.
Por lo tanto, parece que sería buena idea hacer ejercicio nada más levantarse para usar el combustible que tenemos almacenado pero, los que así opinan se olvidan de lo más importante, la “nutrición y regeneración” de todas nuestras células que requieren “nutrientes esenciales permanentemente” ya que permanente también es su proceso de degeneración y regeneración.
Cuando nos levantamos por la mañana, tras 8 horas de ayuno y descanso, en nuestra sangre ya no queda ningún resto de los nutrientes esenciales (proteínas y grasas), que pudimos haber ingerido en la cena y, por lo tanto, nuestros músculos y órganos se encuentran en situación “precaria y peligrosa” realizando una regeneración “incompleta”, por falta de nutrientes, que acelera el envejecimiento y nos predispone a perder tono muscular. Si, además, realizamos ejercicio en ayunas, sobre todo si es muy agotador, la pérdida de tono muscular es “inevitable”.
Esa pérdida de tono muscular es muy pequeña pero “acumulativa” y, por ser tan pequeña nos pasa desapercibida.
Veamos, si nuestros músculos tardan unos 180 días (que equivalen a 4.320 horas) en un proceso completo de regeneración, una regeneración imperfecta mantenida durante una hora que dure el entrenamiento, sólo supone la pérdida de 1 parte entre 4.320 partes de ese proceso de regeneración.
Precisamente por ser tan pequeña es por lo que pasa desapercibida, no observamos ningún síntoma y no le damos ninguna importancia pero lo más grave del caso es que, aún siendo muy pequeña, esa disminución de tono muscular es “acumulativa e irreversible” y si nuestra costumbre de entrenar en ayunas se mantiene durante mucho tiempo, poco a poco, empezaremos a perder tono muscular a pesar de estar bien nutridos, aumentará la flacidez de los tejidos y nuestra piel, que es la que primero acusa los problemas nutricionales, se empezará a notar muy envejecida para nuestra edad.
El argumento que utilizan los defensores del entrenamiento en ayunas es que, sin un aporte de combustible (siempre la obsesión de considerar al alimento únicamente como fuente de combustible), el cuerpo tirará de la grasa acumulada. Pero desgraciadamente cuando nuestro cuerpo necesita energía de forma urgente, le resulta más fácil quemar músculo que grasa, como ya ha sido reconocido muchas veces, y aunque perdamos algo de grasa, esa pequeña pérdida de musculo irá haciendo descender nuestro metabolismo.
Si fuera al revés, si sólo perdiéramos grasa, sería maravilloso y resultaría facilísimo adelgazar.
Debemos tomar conciencia de que el ayuno es “malo siempre”, sea que desayunemos tarde o no desayunemos, sea que hagamos sólo una o dos comidas al día o que hagamos un ayuno de uno o más días a base de agua como algunos aconsejan para “desintoxicar el organismo,” siempre es malo que dejemos a nuestra sangre, durante unas horas, sin los elementos químicos que debe proporcionar “constantemente” a nuestras células para permitirles que se regeneren óptimamente.
Y, si siempre es malo el ayuno, es muchísimo peor cuando estamos sometiendo a nuestro organismo a un esfuerzo largo y agotador. Como explico detenidamente en el capítulo XII de mi libro Isodieta, tanto los músculos esqueléticos que estamos ejercitando como el corazón utilizan el mismo combustible, el glucógeno que, a marchas forzadas, fabrica el hígado para abastecerlos. Si el esfuerzo es muy agotador, puede llegar a faltar suficiente glucógeno para ambos y, aunque normalmente lo primero que fallan son las piernas o los músculos que estamos ejercitando, en ocasiones esa falta puede afectar al corazón y provocar un colapso, como con demasiada frecuencia sucede cobrándose la vida de un joven en pleno rendimiento y perfectamente sano.
La aceleración del envejecimiento y la pérdida de tono muscular no depende del tipo de entrenamiento que hagamos en ayunas sino del hecho mismo de prolongar por una hora más el periodo nocturno de ayuno. Una hora más sin circulación de aminoácidos y ácidos grasos esenciales en sangre, sin nutrientes para nuestros músculos y órganos. Sería igual si, sin hacer ejercicio, retrasáramos la ingesta de proteínas y grasas durante esa hora. Porque nosotros no comamos, las células musculares no van a dejar de degenerarse y regenerarse imperfectamente.
Imaginemos el daño degenerativo que sufren los que no desayunan o no cenan, a los que se les convierten las 8 horas de ayuno nocturno en 10 o 12 horas de mala regeneración.
Por eso es tan frecuente ver a personas de 60 ó 70 años que, por su deterioro, aparentan 15 ó 20 más.
De nada nos serviría preguntarles a los que están acostumbrados a hacer ejercicio en ayunas, como lo que les sobraba al levantarse era combustible y el ejercicio siempre provoca secreción de endorfinas, ellos se encuentran fuertes y eufóricos al terminar y, como he explicado, no se pueden dar cuenta del daño a largo plazo.
Resumiendo, si queremos entrenarnos por la mañana para quemar grasa porque tengamos mucha acumulada o simplemente queramos aumentar nuestra definición muscular, podemos hacerlo pero “jamás” con el estómago vacío. En el desayuno previo al entrenamiento incluiremos proteínas y grasas en la cantidad adecuada para asegurar una óptima regeneración celular durante el entrenamiento pero no incluiremos carbohidratos (el combustible fácil de utilizar), para permitir que desde el primer momento que los músculos empiezan a usar glucógeno y el hígado a fabricarlo partiendo inicialmente de la glucosa en sangre, el páncreas nos ayude con una secreción de glucagón que será el verdadero movilizador de las grasas acumuladas para llevarlas al hígado y utilizarlas como combustible.
Aunque nos pueda costar un poco comprender este complejo mecanismo que nos permite quemar grasa, os recomiendo que lo experimentéis de una forma progresiva, si estabais acostumbrados a ingerir carbohidratos en el desayuno, probad a irlos reduciendo poco a poco y si estabais acostumbrados a no desayunar id, también poco a poco, incluyendo un desayuno de proteína y grasa, acompañado de un multivitamínico y multimineral para evitar carencias, en muy pocos días empezareis a observar la mejora en el rendimiento y en el bienestar durante toda la mañana pero lo mejor de todo es que en sólo unos meses empezaréis a notar que vuestra piel está más tersa y sana y que vuestro rendimiento deportivo mejora sustancialmente.
“ESTE ES EL CAMINO, QUE MARCA LA ISODIETA”
NOVENO ERROR
“LAS NECESIDADES MÍNIMAS DIARIAS DE PROTEÍNAS SON DE 0,83 GR. POR KILO DE PESO CORPORAL”
¡¡¡MUY DESCABELLADO!!! Y ¡¡¡MUY INCONCRETO!!!
¡¡Desde 1985!!, la OMS (Organización Mundial de la Salud), viene proporcionando unas directrices en las que se recomienda una ingesta diaria de 0,83 gr de proteína por kilo de peso corporal. Lamentablemente, desde 1985 (29 años), parece que los pobrecitos “expertos” de la OMS no han tenido tiempo suficiente para revisarlas, investigarlas o determinar si fue una rotunda estupidez que se le ocurrió a alguien y que siguen a pies juntillas miles de otros “expertos” en todo el mundo.
Al fin y al cabo, no tiene tanta importancia, sólo afecta a unos “miles de millones de personas” en todo el mundo. ¿O será que todas estas organizaciones supranacionales no tienen otra utilidad que justificar el despilfarro de millones de dólares tirados por la ventana en sueldos y gastos absolutamente inútiles?
Esta recomendación absurda siempre ha sido muy cuestionada (ellos no han hecho ni caso), como podemos ver por ejemplo, en un reciente artículo: http://loquedicelacienciaparadelgazar.blogspot.com/2013/03/mas-controversia-sobre-las-cantidades.html
Pero jamás se ha llegado a un consenso ni a una argumentación que resulte convincente, ¿porqué?, y ¿porqué digo que éste es otro “ERROR ESTÚPIDO”?
Pues, aunque parezca mentira a primera vista, porque la recomendación de la OMS en sí misma, parte de una medida de referencia “inconcreta y descabellada”.
Al tomar como medida de referencia “UN KILO DE PESO CORPORAL”, se parte de la idea absurda de que la composición química de todos los cuerpos fuera más o menos la misma, se está tomando como única y uniforme referencia algo que es tan variable, inconcreto y diverso como personas hay en el mundo.
UN KILO DE PESO CORPORAL de un atleta en plena forma física contiene mucho músculo y poca grasa y, por lo tanto, requiere “mucha proteína” para regenerarse, mientras que UN KILO DE PESO CORPORAL de un obeso sedentario y desnutrido contiene, por el contrario, mucha grasa y poco músculo y por lo tanto requiere “muy poca” proteína. La grasa que tenemos acumulada no necesita proteína para regenerarse ni que la alimentemos de ninguna manera, es sólo una reserva de energía y lo ideal es que tomemos las medidas necesarias para lograr utilizarla como combustible.
Dicho de otra forma, UN KILO DE PESO CORPORAL de una mujer obesa y con muy poquito músculo, que tiene un 40 ó 45% de grasa corporal, puede ser incapaz de asimilar 0,83 gr de proteína al día, esa cifra recomendada por la OMS podría ser excesiva para ella, en mi libro Isodieta recomiendo entre 0,75 y un gramo para casos no tan extremos.
Mientras que UN KILO DE PESO CORPORAL de un culturista, que tiene un 6% de grasa corporal y un tono muscular impresionante, puede requerir 3 ó 4 grs. por kilo y día para regenerarse y desarrollarse adecuadamente. Luego, la referencia de una cantidad de proteínas por kilo de peso corporal sin determinar la composición de ese peso corporal, resultaría absurda y errónea cualquiera que fuera la cantidad recomendada, ya que no se puede recomendar una cantidad determinada para circunstancias y requerimientos tan dispares.
RESULTA EVIDENTE QUE LAS DIFERENCIAS SON ENORMES Y QUE “UN KILO DE PESO CORPORAL” NO ES UN ÍNDICE FIABLE NI ADECUADO PARA MEDIR LAS NECESIDADES PROTEICAS DE TODAS LAS PERSONAS. Cualquier estudio que hagamos sobre una base tan descabellada e inconcreta está condenado a desorientar más que ayudar.
PERO ESO NO ES TODO……., esa recomendación de 0,83 gr de proteína por kilo y día representa, para una mujer bajita y obesa que pesa 60 kilos, unos 48 grs. de proteína que es lo que contiene una ración de pescado, pollo o chuletón de 240 grs. como los que se sirven en cualquier restaurante. La mujer de este ejemplo ingeriría toda su dosis de proteínas en una sola comida y parecería estar dentro de las recomendaciones de la OMS pero en realidad, como las proteínas no se pueden guardar para utilizarlas luego, se usan o se eliminan, por su sangre circularían aminoácidos durante unas 4 horas y pasaría las otras 20 horas del día sin la nutrición necesaria para sus músculos y órganos, perdería tono muscular, bajaría su metabolismo y engordaría aún más sin poder comprender por qué.
Por lo tanto, tampoco es aceptable la recomendación de una cantidad de proteínas para “todo un día” sino que lo correcto sería recomendar la cantidad “óptima” de proteínas para cada persona y en “cada toma” de alimentos que nos permitiera mantener uniforme la circulación de aminoácidos en sangre durante el mayor tiempo posible, como explico muy detenidamente en mi libro ISODIETA.
PERO ESO NO ES TODO………, si lo que buscamos es saber la cantidad de proteínas que serían aconsejables para mantener una salud óptima, de nada nos sirve la recomendación de la OMS de la CANTIDAD “MÍNIMA” DIARIA, cuando lo que verdaderamente necesitamos saber es la CANTIDAD “ÓPTIMA” DIARIA que nos permita mantener óptimamente nutridos a nuestros órganos y músculos, como también explico minuciosamente en mi libro.
PERO ESO NO ES TODO……….., sabemos la importancia de ingerir proteínas para regenerar nuestras células pero también sabemos que los trillones de células que componen todos los tejidos nobles de nuestro cuerpo no están constituidas únicamente de proteínas sino que su composición incluye proteínas y grasas como macronutrientes y que, para regenerarse óptimamente, necesitan “ambos” macronutrientes “esenciales”.
Hoy ya son muchos los que empiezan a decir: ¡¡cuidado!!, no se deben reducir las grasas demasiado porque son un nutriente esencial. Pero nadie hasta ahora (en los miles de libros de dietas que se han escrito), se ha atrevido a citar las cantidades adecuadas, o mejor dicho “óptimas”, de proteínas y grasas que debe ingerir cada persona en función de sus circunstancias particulares.
YO SÍ ME HE MOJADO, yo sí he sido el primero en atreverme a especificar minuciosamente las cantidades óptimas (de proteínas y grasas) que considero necesita cada persona, en función de su tipología, circunstancias y actividades.
Podría ser que no haya acertado plenamente o considerado todas las opciones (nos queda tanto por aprender e investigar), pero he establecido una pauta. ¡¡Ojalá otros consigan mejorarla!!
“ESTE ES EL CAMINO, QUE MARCA LA ISODIETA”
DÉCIMO ERROR
ALTERNAR “FASES DE VOLUMEN” Y “FASES DE DEFINICIÓN”
UN ERROR MUY PERJUDICIAL PARA LA SALUD.
El culturismo como hoy lo conocemos tiene poco más de 70 años de vida y, como en todos los sectores de la sociedad, la nutrición de los culturistas también ha pasado por todas las etapas de aprendizaje a base de “PRUEBA Y ERROR”.
Quizás el error que más daño ha causado, a medio y largo plazo, a aquellos culturistas y deportistas que lo han cometido durante décadas, haya sido el de REDUCIR EXAGERADAMENTE EL CONSUMO DE GRASAS. Recordemos aquellas épocas en las que se recomendaba desayunar 12 ó 15 claras de huevo y apenas ingerir grasa durante el resto del día.
Como muchos de los que han leído mi libro ISODIETA saben perfectamente, la falta o escasez de grasa en la dieta, a medio y largo plazo nos conduce a, carencias en la asimilación de todas las vitaminas liposolubles, reducción grave de la producción de testosterona y todas las hormonas sexuales, propensión a sufrir desgarres, roturas de fibras, lesiones musculares y articulares, artrosis, asma, alergias, calvicie, estrías, varices, hemorroides, hernias, arrugas, envejecimiento de la piel, etc., etc.
AFORTUNADAMENTE, YA SON MUCHAS LAS VOCES QUE SE VAN LEVANTANDO EN DEFENSA DE LA IMPORTANCIA DE INGERIR LA CANTIDAD NECESARIA DE GRASA, TAN ESENCIAL COMO LA CANTIDAD NECESARIA DE PROTEÍNAS, como fui el primero en explicar detenidamente en mi libro “Adelgazar sin matarse” en 2005 y he profundizado en el último “Isodieta”.
El segundo error que más daño ha causado a los culturistas ha sido el de someter a sus cuerpos a “ETAPAS SALVAJES DE VOLUMEN” y “ETAPAS SALVAJES DE DEFINICIÓN”.
Todos conocemos a culturistas que, desde el día siguiente a la competición y bajo la justificación de que entran en una etapa de volumen, se atiborran de carbohidratos pretendiendo que eso les hace ganar músculo y defendiendo, en muchos casos, que es una forma muy sana de alimentarse.
LA MAL LLAMADA “ETAPA DE VOLUMEN”, JUSTIFICACIÓN PARA PONERSE CIEGOS DE CARBOHIDRATOS Y ENGORDAR COMO BOTIJOS, es defendida por algunos diciendo que están ganando músculo porque siguen entrenando y creen que van a conseguir quemar esas ingentes cantidades de carbohidratos, cuando en realidad lo que están ganando es GRASA, los dos tipos de grasa, INTRA Y EXTRA MUSCULAR. Ese aporte exagerado de carbohidratos no proporciona absolutamente nada de nitrógeno ni aminoácidos y, por lo tanto, jamás se puede convertir en músculo.
Son los mismos que critican a la Isodieta y a otras dietas que reducen los carbohidratos, llegando a inventarse que los carbohidratos fueran “esenciales” o que si quitamos los carbohidratos nos quedaremos sin fuerzas para entrenar. No se dan cuenta de que la grasa, de la que se privan, les podría proporcionar 9 cal/gr, más del doble que los carbohidratos, no provoca secreción de insulina por su lenta asimilación y ya es considerada por muchos entrenadores un combustible mucho más eficaz que los carbohidratos. Al casi eliminarla de su alimentación, pretenden compensar la falta de energía de la que se están privando con un montón de carbohidratos que les proporcionan una energía muy fácil de asimilar pero muy volátil pues, al menor descuido, provoca secreción de insulina y se convierte en grasa acumulada privándoles de esa energía que pretendían. Los carbohidratos proporcionan una energía “traicionera”.
Tampoco se dan cuenta de que la dieta, excesivamente baja en grasas que siguen está destruyendo, a medio y largo plazo, sus articulaciones, tendones y ligamentos y haciéndoles propensos a las lesiones y roturas de ligamentos porque, sí es cierto que hay ácidos grasos “esenciales” que nuestro cuerpo no puede producir y necesitamos recibir a través de la alimentación.
Cuando intentamos hacerles ver que se están poniendo demasiado gordos, se ofenden y pretenden hacernos creer que no están gordos sino fuertes y nos garantizan que, SIN CAMBIAR SU DIETA (que según ellos es muy “sana”, cargada de HC y casi sin grasas), conseguirán máxima definición en cuanto lo deseen. Todos sabemos que para milagros hay que ir a Lourdes y que con una dieta que les está poniendo gordos, como globos a punto de reventar, es imposible que por arte de magia se convierta en una dieta de definición. Es el principio de “negar la evidencia”, exactamente igual que a los “megaréxicos” que comento en mi libro y a tantos he tratado y estudiado en mi consulta de Miami.
Lamentablemente, los que así actúan están esperando utilizar unas “pócimas milagrosas” que se llaman “esteroides” y, efectivamente a base de esteroides pueden llegar a alcanzar una definición que les permita competir pero no sin pagar el precio que, a medio y largo plazo, su uso equivocado conlleva y la desnutrición que les producen esos ciclos de engorde y adelgazamiento, además de todas las enfermedades que la falta de grasa les puede ocasionar.
También afortunadamente cada día hay más expertos que empiezan a recomendar la moderación en esos procesos y aconsejan mantener casi el mismo peso durante el mayor tiempo posible, evitando esas subidas y bajadas de peso que siempre resultan perjudiciales.
“ESTE ES EL CAMINO, QUE MARCA LA ISODIETA”
Parece que el súper campeón LEE HANEY TAMBIÉN PENSABA LO MISMO.
http://www.mdlatino.com/blog/blog/mientras-mas-grasa-ganes-mas-duro-sera-tu-proceso-en-la-dieta/
Artículo de MUSCULAR DELOPMENT LATINO
“GANAR GRASA NO TE HACE MÁS FUERTE”
Por el 8 veces Mr. Olympia “Lee Haney”
(Mostrando 6 al 10) (Errores Estúpidos 1 al 5) (Error Estúpido 11)
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