La Ceguera de los expertos – Errores Estúpidos
“ERRORES ESTÚPIDOS” QUE HAN PASADO DESAPERCIBIDOS DURANTE DECENIOS. ACABAREMOS CON LA OBESIDAD CUANDO ABRAMOS LOS OJOS A “LO EVIDENTE”
(Mostrando 1 al 5) (Errores Estúpidos 6 al 10) (Error Estúpido 11)
PRIMER ERROR:
“SUMAR LAS CALORÍAS DIARIAS”
¡¡NO SE PUEDEN SUMAR COSAS DIFERENTES!!
¿Quién de nosotros no ha sumado el total de “calorías diarias” que ingerimos o ingieren nuestros pacientes?
Las matemáticas, que es una ciencia exacta que no admite errores, nos enseña desde pequeñitos que para poder efectuar una suma o adición, lo primero y fundamental que debemos respetar es que las cosas que sumamos sean iguales, “NO SE PUEDEN SUMAR COSAS QUE NO SEAN ABSOLUTAMENTE IGUALES” (no se pueden sumar peras con manzanas).
Durante décadas hemos aceptado sin rechistar “LA SOBERANA ESTUPIDEZ” de que “TODAS LAS CALORÍAS SON IGUALES”, lo cual es “ABSOLUTAMENTE FALSO”.
Las calorías provenientes de proteínas, grasas, carbohidratos y alcoholes SON, ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE IGUALES, EN CUANTO A LA ENERGÍA QUE NOS PROPORCIONAN PERO SON DIAMETRALMENTE OPUESTAS Y DIFERENTES EN CUANTO A SU CAPACIDAD PARA NUTRIR Y REGENERAR NUESTRAS CÉLULAS Y EN QUE NOS APORTAN ELEMENTOS QUÍMICOS ABSOLUTAMENTE DIFERENTES Y CON EFECTOS DIAMETRALMENTE OPUESTOS SOBRE NUESTRAS CÉLULAS, SU REGENERACIÓN Y NUESTRA SALUD.
LUEGO, “JAMÁS DEBERÍAMOS HABER DICHO QUE SON IGUALES”. Y, SI NO SON IGUALES, LAS MATEMÁTICAS NOS ENSEÑAN QUE “NO SE PUEDEN SUMAR”.
Si sumamos peras con manzanas, tendremos un número de frutas que nada nos dice sobre cuántas peras o manzanas tenemos. Si sumamos las calorías de proteínas, grasas, carbohidratos y alcoholes, tendremos un número de calorías que NADA NOS DICEN SOBRE LA CANTIDAD DE “NUTRIENTES ESENCIALES” QUE HAN RECIBIDO NUESTRAS CÉLULAS, QUE ES LO “VERDADERAMENTE IMPORTANTE PARA NUESTRA SALUD, PARA MANTENER EL TONO MUSCULAR Y PARA NUTRIR Y REGENERAR NUESTROS MÚSCULOS Y ÓRGANOS”.
La consecuencia de este “ERROR ESTÚPIDO” es que llevamos más de 60 años basando nuestra dietética y nutrición en las calorías que ingerimos, como si la energía que ingerimos fuera “LO ÚNICO IMPORTANTE”, cuando deberíamos haber estado basándola en la cantidad de nutrientes esenciales que reciben nuestras células.
Es evidente que las matemáticas tienen toda la razón, no podemos sumar cosas distintas. Cuando hablamos de un total de calorías diarias estamos hablando de una cifra vacía, una cifra que no nos aclara en absoluto si estamos bien o mal nutridos. 1.500 calorías pueden ser muy nutritivas si contienen las suficientes y necesarias proteínas y grasas o, las mismas 1.500 calorías pueden no ser nada nutritivas si sólo son calorías vacías que provengan, en todo o en gran parte, de carbohidratos como, por ejemplo, el azúcar. ¡¡¡Cuántos obesos se encuentran desnutridos y hasta anémicos porque comen, casi exclusivamente, ¡¡¡calorías vacías!!!
No es lo mismo 200 calorías VACÍAS, que 200 calorías SÚPER NUTRITIVAS.
En nutrición, como en cualquier otra ciencia, la inmensa mayoría de los expertos SE LIMITA A REPETIR LO QUE LE ENSEÑARON, CREYENDO QUE ES INAMOVIBLE, pero la realidad es que “NADA ES INAMOVIBLE”, dentro de 100 años los científicos se reirán de lo que hoy creíamos saber. Por eso, si queremos que la ciencia de la nutrición siga progresando, lo primero que hemos de hacer es “DESCUBRIR LOS ERRORES” Y “CORREGIRLOS”.
Este “ERROR ESTÚPIDO” ha estado delante de nuestros ojos durante décadas pero nadie lo había visto antes de hoy o al menos NADIE LO HA MENCIONADO NUNCA EN TODO EL MUNDO. Sé que parece inconcebible que nadie lo haya pensado antes y que, por ese motivo nos resulte difícil comprenderlo y aceptarlo pero, si analizas detenidamente este artículo y te liberas de todos los prejuicios adquiridos, estarás de acuerdo conmigo y con las matemáticas.
ES LO QUE YO LLAMO, “LA CEGUERA DE LOS EXPERTOS”.
Cuando comprendamos este error (tan evidente), DEJAREMOS DE SUMAR CALORÍAS (que nada nos dicen), Y EMPEZAREMOS A SUMAR “GRAMOS DE NUTRIENTES ESENCIALES”, PARA CADA PACIENTE Y EN CADA COMIDA, ése será el comienzo del camino hacia la verdadera “ÓPTIMA NUTRICIÓN”.
“ÉSTE ES EL CAMINO QUE MARCA LA ISODIETA”
SEGUNDO ERROR:
¡¡ ADELGAZARÁS SI INGIERES MENOS CALORÍAS DE LAS QUE GASTAS ¡¡¡
FALSO Y SUMAMENTE FRUSTANTE PARA TODOS LOS QUE HAN PADECIDO LAS CONSECUENCIAS DEL “EFECTO YOYO”!!!
Como sucede con muchas cosas en la vida, aquellas que parecen más lógicas y claras, SUELEN SER LAS MÁS EQUIVOCADAS.
El “ERROR ESTÚPIDO” que hoy comentamos, esta idea QUE PARECE TAN LÓGICA A PRIMERA VISTA y que ha sido constantemente repetida y repetida por la inmensa mayoría de los que se consideran “expertos” en nutrición, ¡¡¡ES UN ESPEJISMO, ES UNA IDEA FALSA QUE PROVOCA “DESNUTRICIÓN”!!!
Yo mismo lo he estado repitiendo, como si fuera un principio matemático incontrovertible, durante más de 20 años de mi vida.
Y efectivamente sería un principio matemático evidente, si nuestro cuerpo fuera un RECIPIENTE CERRADO E INERTE que recibiera energía por un lado y la eliminara por otro.
Pero la realidad no es tan simple, nuestro cuerpo no tiene absolutamente ningún parecido con un recipiente cerrado o inerte, es un organismo vivo e interactivo que reacciona en sentido positivo o negativo, según esté bien o mal nutrido. Es un ser vivo con muchos trillones de células que se están degenerando y regenerando continuamente desde que nacemos hasta que morimos.
Y este organismo dinámico, no sólo necesita recibir calorías para sobrevivir sino que, para que esa regeneración celular sea correcta y le permita mantener su “tono muscular”, su “gasto calórico” o “metabolismo basal” intacto, también necesita recibir, constante y uniformemente, una determinada cantidad de elementos químicos que llamamos “nutrientes esenciales”.
Si, como hemos venido haciendo durante las últimas 6 décadas, cuando una persona quiere adelgazar le ponemos una dieta hipocalórica tradicional, de las propuestas por el gobierno americano y seguidas con los ojos cerrados por los “expertos” de los demás países, que reduce proporcionalmente las calorías que ingería a través de proteínas, grasas y carbohidratos, su cuerpo comenzará a recibir menos cantidad de los “nutrientes esenciales imprescindibles para regenerarse” y, en consecuencia, empezará a “DEBILITARSE” y perder tono y densidad muscular que, automáticamente, producirá una bajada del metabolismo basal haciendo que, con la misma actividad que antes tenía, “COMIENCE A GASTAR MENOS CALORÍAS”.
Llegará un momento en el que esa reducción del metabolismo irá anulando el efecto inicial de la dieta hipocalórica y hará que la persona DEJE DE ADELGAZAR PRIMERO Y VUELVA A ENGORDAR DESPUÉS, MÁS DE LO QUE ADELGAZÓ.
A esta realidad científica llamada “EFECTO YOYO”, que se constató hace más de 35 años a través de un experimento con ratas de laboratorio (como explico minuciosamente en el libro ISODIETA) y que han padecido, con terribles consecuencias, muchos millones de personas en todo el mundo, se le han dado infinidad de explicaciones pseudocientíficas, a cual más curiosa y absurda:
- 1º.- Se dijo que las células grasas tenían una especie de memoria que les obligaba a recuperar rápidamente el tamaño y peso perdido.
- 2º.- Se dijo que el organismo se defiende contra la falta de calorías, acumulando rápidamente en grasa todo lo que come cuando vuelve a recibir nutrientes.
- 3º.- Se dijo que las dietas hipocalóricas provocan una especie de “síndrome de abstinencia” que obliga al obeso a comer dulces y golosinas, incluso a hurtadillas.
- 4º.- Se dijo que los humanos, en la antigüedad, habíamos pasado por terribles épocas de escasez de alimentos o hambrunas y que nuestro cuerpo las “recordaba” y, considerando a la dieta como el principio de una de esas hambrunas, trataba de prepararse y defenderse acumulando en grasa todo lo que comía.
- 5º.- Incluso hoy en día, muchos “expertos” siguen diciendo que cuando bajamos las calorías, el cuerpo se pone en “estado de ahorro”????
Como se puede ver, estas explicaciones pseudocientíficas no tenían ni pies ni cabeza, eran simple y llanamente las explicaciones inventadas por unos “expertos” que estaban perplejos ante unos resultados que contradecían lo que ellos venían diciendo por más de 50 años (que si ingieres menos calorías de las que gastas, adelgazarás) y no tenían la menor idea de la verdadera causa de ese resultado. Pero lo que sí tenían era muchísima imaginación para inventar curiosas explicaciones a los efectos que no eran capaces de comprender.
Como explicábamos al principio, la verdadera causa del “EFECTO YOYO”, que tiró por tierra la idea de que “ingiriendo menos calorías de las que se gastan, se adelgazará, está en el efecto debilitante de esas dietas hipocalóricas que hemos venido recomendando durante tantos años. EN LUGAR DE ADELGAZAR, EL PACIENTE QUE RECIBE CON ELLAS MENOS CALORÍAS DE LAS QUE GASTA, PERO TAMBIÉN MENOS “NUTRIENTES ESENCIALES”, LO QUE HACE NO ES ADELGAZAR SINO “DESNUTRIRSE”, DEBILITARSE, PERDER MÚSCULO Y VER DESCENDER AUTOMÁTICAMENTE SU METABOLISMO. ESA BAJADA DEL METABOLISMO, ANTES O DESPUÉS, NEUTRALIZARÁ LA DIETA Y LE HARÁ ENGORDAR.
CON LA ISODIETA NUNCA TENDREMOS ESE PROBLEMA PUES, EN LUGAR DE REDUCIR AL PACIENTE LA INGESTA DE TODOS LOS NUTRIENTES, REDUCIMOS SÓLO LO QUE CONSIDERAMOS “COMBUSTIBLE VACÍO” (carbohidratos).
Y, como el margen es tan grande porque les habíamos estado recomendando un 55% de carbohidratos, al reducirlos o eliminarlos, DISPONDREMOS DE UNA ENORME CANTIDAD DE CALORÍAS PARA AUMENTAR Y DOSIFICAR LA INGESTA DE “NUTRIENTES ESENCIALES” GARANTIZANDO UNA ÓPTIMA NUTRICIÓN.
CON LA ISODIETA SÍ SERÁ VERDAD QUE, AL REDUCIR “CALORÍAS VACÍAS”, AL REDUCIR “SÓLO COMBUSTIBLE” Y AUMENTAR NUTRIENTES ESENCIALES, EL PACIENTE “PERDERÁ GRASA SIN PERDER MÚSCULO NI DEBILITARSE”.
“ÉSTE ES EL CAMINO QUE MARCA LA ISODIETA”
TERCER ERROR:
“¿ES REALMENTE CIERTO QUE HAY 3 MACRONUTRIENTES?”
En la contraportada de mi libro ISODIETA, empiezo diciendo que: “TODA LA CIENCIA DE LA NUTRICIÓN PARTE DE UNA BASE FALSA”.
Esa base falsa, que ha tergiversado y obstaculizado toda la investigación nutricional durante más de 60 años, ha sido la de “CONSIDERAR NUTRIENTE A LO QUE SÓLO ES COMBUSTIBLE”, “LOS CARBOHIDRATOS”.
Este “error histórico”, que se produjo en 1953 y que tanto daño a causado, muy bien puede considerarse como un “ERROR ESTÚPIDO” por la falta de coherencia de quienes lo cometieron.
En 1953, como consecuencia del Ciclo de Krebs, se pudo determinar con precisión la energía que nos proporcionan los alimentos y, de los 4 elementos que nos proporcionan energía (proteínas, grasas, carbohidratos y alcoholes), se tomó la decisión acertada de no considerar “NUTRIENTE” a los alcoholes, a pesar de que nos proporcionan 7 Kcal/gr., porque son 7 calorías “absolutamente vacías” que no contienen vitaminas ni minerales ni aminoácidos ni ácidos grasos ni nada que se pueda considerar beneficioso para nuestra salud y, por lo tanto, se determinó acertadamente que, en lugar de llamar nutriente a los alcoholes, se les debía llamar “COMBUSTIBLE”.
El “GRAVÍSIMO E INEXPLICABLE ERROR”, que denuncio en mi libro Isodieta, fue no haber hecho lo mismo con el azúcar y otros carbohidratos que TAMPOCO APORTAN NADA BENEFICIOSO más que 4 cal/gr., igual de vacías que las de los alcoholes. Por eso digo que se trató de un “ERROR ESTÚPIDO”, porque no hay ninguna diferencia importante entre la energía que nos proporcionan los carbohidratos y la que nos viene de los alcoholes y no existe motivo que justifique haberlos diferenciado. Los primeros tienen 4 calorías y los segundos 7 pero “IGUAL DE VACÍAS”.
Hay que rectificar a los que dicen que los carbohidratos aportan vitaminas y minerales, ciertos alimentos que contienen carbohidratos, también contienen esos micronutrientes pero no los carbohidratos en sí mismos. Las frutas contienen vitaminas, minerales y carbohidratos pero eso no quiere decir que sean éstos últimos los que los contengan.
Las consecuencias de este “ERROR ESTÚPIDO” han sido gravísimas y nos han llevado a la terrible situación actual, condenando a millones de personas a la obesidad porque, al haberse mantenido como un nutriente comparable a proteínas y grasas, se ha facultado a los fabricantes de alimentos para utilizar masivamente TODO TIPO DE AZÚCARES, diciendo que son nutrientes y recomendándolos incluso como alimento ideal para nuestros hijos (la mayoría de los cereales tienen más del 50% de azúcar).
Las desastrosas consecuencias de este “ERROR ESTÚPIDO” han sido que el consumo de azúcar que en 1953 no llegaba a 12 kilos/persona/año, se haya disparado hasta 33 kilos/persona/año en Europa y hasta la monstruosa cifra de 68 kilos/persona/año en Estados Unidos, haciendo epidémicas la obesidad y todas las enfermedades degenerativas.
Y digo que se trata de un “ERROR ESTÚPIDO” porque si estudiamos la composición química de los elementos que hemos venido considerando nutrientes, no podemos aceptar en absoluto, que los carbohidratos sean nutrientes comparables o equivalentes a las proteínas y grasas, ¡no tiene ningún sentido!, ¡su composición química es diametralmente opuesta! Sólo podrían serlo desde un punto de vista meramente energético (aportan calorías), pero no desde el punto de vista de la regeneración celular, que debería haber sido siempre la base fundamental de la nutrición.
¡¡TENGO EL HONOR DE HABER SIDO EL PRIMERO EN EL MUNDO QUE HA PROPUESTO QUE A LOS CARBOHIDRATOS SE LES DEJE DE LLAMAR NUTRIENTES Y SE LES LLAME Y CONSIDERE COMO SIMPLE COMBUSTIBLE!!
¡Los carbohidratos no tienen ningún poder regenerador para nuestras células porque no son un componente químico de las mismas, éstas están compuestas exclusivamente de proteínas y grasas como macronutrientes! Sólo los vegetales tienen carbohidratos como componente químico de sus células.
¡Los carbohidratos no contienen aminoácidos ni ácidos grasos que pudieran ayudarlas a nutrirse ni regenerarse! ¡¡¡Ni siquiera contienen nitrógeno por lo que jamás pueden ser comparables a las proteínas ni regenerar nuestras células!!!
La nutrición encaminada a mejorar la salud y alargar la vida debería haberse basado siempre en esos “macronutrientes esenciales” (hoy ya los llamamos así), que ayudan a nutrir y regenerar nuestras células (proteínas y grasas).
Además, pensemos por un momento que, suponiendo que hubiera sido correcto llamar nutrientes a los carbohidratos (que sólo son productores de energía), porque contienen 4 cal/gr, con mucha más razón también tendríamos que haber llamado nutrientes a los alcoholes que nos proporcionan 7 cal/gr.
Por lo tanto, tampoco bajo esa suposición sería correcto decir que hay tres macro nutrientes sino que, en tal caso, habría que decir que hay cuatro, que serían: proteínas, grasas, carbohidratos y alcoholes.Pero como es mucho más lógico llamar “combustible” a aquello que sólo aporta energía y llamar “nutriente” a lo que nutre y regenera nuestras células por ser componente de las mismas, deberíamos empezar a enseñar en los colegios que hay sólo dos macronutrientes regeneradores (proteínas y grasas) y dos combustibles (carbohidratos y alcoholes), que sólo proporcionan energía (son únicamente “calorías vacías”).
Una vez corregido ese error, tanto la dietética, como la ciencia de la nutrición dan un giro de 180º y todo se ve de una forma totalmente distinta ya que resulta evidente que, para adelgazar, bastará con reducir o suprimir el “combustible” para obligar al cuerpo a que utilice como tal el combustible que tiene acumulado en forma de grasa.
Además, al suprimir o reducir los carbohidratos, ahorramos muchísimas calorías (55% del total diario) por lo que siempre nos quedará un margen más que suficiente para mejorar nuestra nutrición aumentando y repartiendo mejor los verdaderos nutrientes esenciales.
Para que se pueda comprender aún más claramente, sabemos que las proteínas contienen algunos aminoácidos que llamamos “esenciales” porque nuestro cuerpo no los puede producir y no podemos vivir sanos si nuestros alimentos no nos los proporcionan. También sabemos que hay ácidos grasos “esenciales” cuya falta nos crearía graves problemas de salud. Pero no existen carbohidratos que podamos llamar esenciales, no hay ningún carbohidrato que sea esencial para nuestra salud porque no es un NUTRIENTE sino un COMBUSTIBLE, de hecho, mi opinión es que viviríamos mucho mejor y más sanos sin carbohidratos ni alcoholes o con los mínimos que pudiéramos requerir en condiciones excepcionales de un gasto calórico extra, como sucede en los deportes de resistencia como ciclismo y carreras de largo recorrido.
“ÉSTE ES EL CAMINO QUE MARCA LA ISODIETA”
CUARTO ERROR:
¡EL DESAYUNO ES MUY IMPORTANTE!, pero ¿ES CIERTO QUE NECESITEMOS DESAYUNAR PARA RECIBIR ENERGÍA?
¡Necesitamos desayunar para recibir energía! Ruego al lector, que haya oído esta frase muchas veces y que crea que es cierta, que revise el siguiente artículo:
http://www.forovegetariano.org/foro/showthread.php?t=26426
Artículo escrito por la Dra. Daniela Jakubowicz (Endocrinólogo), repetido y aplaudido por más de MIL (1.000) PÁGINAS ESPECIALIZADAS EN LA WEB, a lo largo de 7 años, sin que nadie se haya opuesto ni manifestado los errores que contiene.
Hoy les voy a demostrar a ustedes que este artículo que parece tan atractivo, escrito por una “doctora en endocrinología” y que ha sido tan elogiado por muchos cientos de “expertos” en todo el mundo, “ESTÁ BASADO EN IDEAS ERRÓNEAS Y FALSOS CONCEPTOS, QUE NOS CONDUCEN A CONCLUSIONES EQUIVOCADAS”.
Que un endocrinólogo se equivoque es algo muy grave pero que lo acepten y alaben cientos de “expertos” durante más de 7 años, sin una voz discordante, es muchísimo más grave y nos indica claramente la INCREÍBLE CONFUSIÓN DE IDEAS que está padeciendo el mundo de la nutrición y que yo soy el primero en denunciar.
Esta verdadera “antología del disparate” proviene de un libro titulado “Ni una dieta más” y lleva circulando por internet desde el 2006, con una aceptación increíblemente unánime. Esto es lo verdaderamente “alarmante”.
Puede parece una explicación para un niño de 5 años, pero ni así sería aceptable porque “parte de supuestos falsos” y transmite la idea absolutamente equivocada de que “nos levantamos sin reservas de energía” y que “lo que necesitamos por la mañana es combustible”, cuando la realidad es TODO LO CONTRARIO.
“NOS LEVANTAMOS POR LA MAÑANA TOTALMENTE DESCANSADOS Y CON LAS RESERVAS DE COMBUSTIBLE PLENAMENTE RECARGADAS DURANTE TODA UNA NOCHE DE DESCANSO Y RECUPERACIÓN”.
El artículo empieza por decir:
“Ya hay que levantarse y nos comimos todo el combustible”, analicemos esta primera afirmación “increíblemente disparatada”. La realidad es que, cuando nos levantamos por la mañana, “nuestros depósitos de combustible (glucosa y glucógeno) se encuentran perfectamente recargados TRAS 8 HORAS DE DESCANSO Y RECUPERACIÓN”.
Sigue diciendo “sólo hay glucosa en sangre para unos 15 a 20 minutos, nada más”, también absolutamente falso, EL NIVEL DE GLUCOSA EN SANGRE ES EL MISMO A CUALQUIER HORA DEL DÍA O DE LA NOCHE, ES UNA CONSTANTE DEL ORGANISMO (como puede serlo la temperatura).
Sin necesidad de ser ningún experto, cualquier persona que se haya hecho un análisis de sangre sabe perfectamente que, tras 12 horas de ayuno, nuestra glucosa en sangre sigue estando entre 80 y 90 mg/dl., como en cualquier otro momento del día o de la noche porque ese nivel de glucosa en sangre es esencial para la salud y nuestro páncreas se encarga de regularla. Por eso digo que “es un error estúpido”. ¡¡Es absolutamente falso que haya menos glucosa en sangre al despertarnos!!
Tampoco las reservas de glucógeno hepático y muscular se encuentran casi agotadas sino todo lo contrario, ¡¡se han ido recargando cómoda y lentamente durante todo el descanso nocturno!!
Todos sabemos que las reservas de glucógeno muscular se agotan cuando realizamos un ejercicio intenso y continuado, hasta que llegamos al fallo muscular por falta de glucógeno, de recargarlo se encarga el hígado durante el descanso, por lo que es imposible que continuaran casi vacíos después de 8 horas de descanso.
Las conclusiones de esta endocrino hacen suponer que nos bastaría con ingerir algo energético (azúcar o carbohidratos) para estar bien alimentados, uno de los “errores básicos” que denuncio en mi libro ISODIETA.
Y, como también explico mucho más detenidamente en mi libro, lo que verdaderamente necesitamos nada más levantarnos (y ella no lo dice), es proporcionar a nuestras células los elementos químicos que necesitan para regenerarse lo mejor posible, PROTEÍNAS Y GRASAS, los “nutrientes esenciales” componentes químicos de todas ellas y que necesitamos recibir de forma continuada, a través de los alimentos.
Ni las proteínas ni las grasas pueden ser guardadas o acumuladas, a las 4 horas aproximadamente de ingeridas, ya no quedan aminoácidos ni ácidos grasos circulando por nuestra sangre.
Es evidente que, de los nutrientes esenciales que pudimos ingerir con la cena, a la mañana siguiente ya no queda absolutamente nada. Esto es lo que nuestro cuerpo necesita a la mayor brevedad posible, no combustible. ¿Cómo es posible que no lo hayan visto todos esos cientos de “expertos” que lo han elogiado durante más de 7 años? ¿Puede haber un error más estúpido?
Y es también inconcebible que NADIE SE HAYA DADO CUENTA DE ESTA BARBARIDAD, durante los 7 años que ha estado circulando por la red y que TENGA QUE SER YO EL PRIMERO QUE LO DENUNCIE. Me lo envió una amiga y me horroricé por la cantidad de falsedades que en él se comentaban.
Todos estamos de acuerdo en que el desayuno es “muy importante” pero, sólo si es “verdaderamente nutritivo”, con la cantidad adecuada de proteínas y grasas que nuestro cuerpo necesita.
El desayuno tradicional cargado de dulces y carbohidratos es aún peor que no desayunar, no nutre ni regenera nuestras células y encima nos sobrecarga de un combustible innecesario, que se acabará acumulando en forma de grasa.
Una vez comprendido este “4º error estúpido” que ha pasado desapercibido durante tanto tiempo, comprendemos perfectamente otro “error estúpido”, constantemente repetido y generalmente aceptado por muchos “expertos”, el de la frase que dice:
“Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo”.
Los que aceptan, sin ponerse a pensar, esa absurda recomendación demuestran desconocer completamente que, para lograr una regeneración óptima, nuestras células requieren nutrientes esenciales las 24 horas del día. Si decimos que el desayuno es muy importante porque ya no quedan en sangre esos nutrientes, no tenemos más remedio que admitir que igual de importante es la cena porque después vamos a pasar 8 horas sin ingerirlos.
Nuestras células se están degenerando y regenerando las 24 horas del día y, durante todo el tiempo, necesitan igual cantidad de nutrientes esenciales para una correcta regeneración, los que no cenan o “cenan como un mendigo”, dejan a su cuerpo desnutrido durante toda la noche y eso siempre es nefasto para la salud
“EL CAMINO DE LA REGENERACIÓN CELULAR ÓPTIMA ES EL QUE MARCA LA ISODIETA”
QUINTO ERROR:
“NO COMAS GRASA, QUE TE ENGORDARÁ”
¡¡ABSOLUTAMENTE FALSO!!
Llevamos más de 60 años “DISPARANDO CONTRA UN ENEMIGO EQUIVOCADO”, hemos estado disparando contra las “GRASAS DE LOS ALIMENTOS”, cuando deberíamos haberlo estado haciendo contra las “GRASAS QUE TENEMOS ACUMULADAS” porque, aunque a las dos les llamemos grasas, la grasa acumulada no tienen nada que ver con la grasa de los alimentos.
Las grasas de los alimentos son macronutrientes tan esenciales e imprescindibles como las proteínas porque ambos son componentes químicos básicos de todas nuestras células y, SI LOS INGERIMOS JUNTOS, NOS PROPORCIONAN UNA ÓPTIMA REGENERACIÓN CELULAR que nos permite FRENAR EL ENVEJECIMIENTO. Por eso decimos que hay aminoácidos “esenciales” (componentes de las proteínas) y ácidos grasos “esenciales” que nuestro cuerpo necesita recibir a través de los alimentos porque es incapaz de producirlos.
En cambio, las grasas que tenemos acumuladas, aunque también las llamemos grasas, son algo completamente distinto y están formadas por triglicéridos que provienen fundamentalmente del exceso de glucosa en sangre y, esto es muy importante, aunque lográramos “quemarlas” utilizándolas como combustible, jamás volverían a entrar en nuestro aparato digestivo ni podrían ser consideradas como grasas alimentarias sino que, a través del proceso llamado gluconeogénesis, una parte será utilizada como combustible directamente por las células y otra se volverá a transformar en glucosa para regresar a la sangre.
Y digo que es un “error estúpido” porque esa satanización de las grasas, que hemos vivido durante tantos años, sólo ha estado basada en que las grasas aportan 9 cal/gr (2 gramos de carbohidratos contienen 8), sin tomar en consideración que constituyen uno de los pilares de la buena alimentación, uno de los dos “nutrientes esenciales”.
Es hora de “desatanizar” a las grasas de los alimentos y denunciar al verdadero culpable, los carbohidratos, cuyo exceso se acumula en grasa con suma facilidad.
El Dr. Atkins tiene el mérito incuestionable de ser el primero que, hace más de 35 años, demostró palpablemente, como han comprobado millones de seguidores en el mundo, que se puede adelgazar comiendo toda la grasa que se quiera, siempre y cuando se eliminen completamente los carbohidratos de nuestra alimentación. Cualquiera que haya experimentado su dieta sabe perfectamente que funciona, independientemente de otros errores que se le puedan achacar por haber permitido demasiados excesos de grasa y de proteína que, en algunos casos pueden resultar peligrosos a medio plazo.
Evidentemente, Atkins fue el primero en demostrar que lo que nos hace engordar no es la grasa sino los carbohidratos pero en sus libros no explica ni llega a comprender claramente porqué.
Yo tengo el honor de haber sido el primero que en 2005 (Adelgazar sin matarse), dio una explicación científica del proceso y también soy el primero que, en 2005, propuso ALGO “TAN EVIDENTE” COMO QUE “A LOS CARBOHIDRATOS JAMÁS SE LES DEBIÓ HABER CONSIDERADO UN NUTRIENTE SINO UN COMBUSTIBLE”.
En 1953, se tomó la decisión acertada de retirar de la cesta de nutrientes a los alcoholes y considerarlos un combustible vacío, el “ERROR HISTÓRICO” que revelo en mi libro fue no haber sacado también a los carbohidratos (o al menos al azúcar, 4 calorías igual de vacías que las de los alcoholes).
También he sido el primero en el mundo en “mojarme” y recomendar cifras ideales de proteínas y grasas para cada tipo de persona en función de sus circunstancias y composición corporal y en cada comida. Muchos nutricionistas, anclados en el pasado, siguen recomendando dietas casi sin grasa y otros hablan de no tomar exceso de grasas pero nadie se ha mojado diciendo cuánto es ideal y cuánto es exceso. Y, si alguno da cifras, lo hace más repitiendo como papagayo las absurdas recomendaciones de las ya fracasadas pirámides alimentarias, en las que se aconsejaba para las grasas el 30% de la ingesta diaria total de calorías, de una forma genérica, inconcreta y con iguales recomendaciones para el que tiene mucho músculo y poca grasa como para el opuesto que tiene mucha grasa y poco músculo, tanto para el que quiere adelgazar como para el que quiere engordar. ¿Puede haber algo más equivocado, inconcreto y absurdo?
Es claro que resulta mucho más cómodo en nutrición limitarse a repetir las recomendaciones que se vienen dando desde hace más de 60 años aunque hayan demostrado estar absolutamente equivocadas, que nadar contra corriente, denunciar los errores y presentar nuevos conceptos que resulten verdaderamente efectivos. Repetir como papagayos lo aprendido sabe hacerlo cualquiera, para investigar y enfrentarse a los errores hay que ser un poco más valiente y tener muchas más ganas de investigar y trabajar.
Pero el que repite lo que otros dijeron no aporta nada nuevo, mientras que el que se rebela, investiga y arriesga una opinión diferente, puede equivocarse alguna vez porque todos somos humanos, pero también puede que con sus investigaciones haga progresar a la ciencia de la nutrición y ayude a los millones de personas gravemente afectadas por la obesidad y las enfermedades degenerativas.
También soy el primero en el mundo en manifestar mi opinión de que los efectos a medio y largo plazo, de una dieta baja en grasas son: bajada de testosterona en los hombres o estrógeno en las mujeres, infertilidad, falta de absorción de todas las vitaminas liposolubles, disminución de tono muscular, pérdida de elasticidad e impermeabilidad de la piel, cáncer cutáneo, arrugas, varices, hemorroides, estrías, arteroesclerosis, hernias, artrosis, pérdida de elasticidad de las fibras musculares y tendones, lesiones musculares y articulares, ciáticas, lumbalgias, degeneración de cartílagos, neuralgias, túnel carpiano, etc.
Muchos culturistas y deportistas mayores, que sufren problemas de este tipo, atribuyen sus lesiones al exceso de entrenamiento en su juventud cuando la verdadera causa ha sido la falta de grasa en su nutrición durante muchos años.
Si estos efectos se presentaran a más corto plazo, nadie seguiría dietas bajas en grasa como las tradicionales hipocalóricas que siguen poniendo muchos médicos basadas en la pirámide alimentaria, South Beach Diet, Dukan, etc.
“ESTE ES EL CAMINO (el de la investigación), QUE MARCA LA ISODIETA”
(Mostrando 1 al 5) (Errores Estúpidos 6 al 10) (Error Estúpido 11)
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