Alternar fases de volumen y definición es una práctica común en el ámbito del fitness, pero es importante ser consciente de los riesgos que conlleva. Durante la etapa de volumen, el objetivo principal es aumentar la masa muscular, lo cual implica consumir un exceso de calorías para promover el crecimiento muscular.
Por otro lado, en la etapa de definición, el objetivo es perder porcentaje de grasa corporal, lo cual implica reducir la ingesta calórica para perder grasa. El problema reside en que alternar constantemente entre estas dos fases puede resultar en una pérdida de masa muscular y una ganancia de grasa. Esto se debe a que el cuerpo necesita un cierto exceso calórico para poder ganar masa muscular, y al reducir drásticamente la ingesta calórica durante la etapa de definición, el cuerpo puede entrar en un estado catabólico y comenzar a perder masa muscular.
Además, alternar constantemente entre estas dos fases puede provocar un desequilibrio en el metabolismo, haciendo que sea más difícil perder grasa y ganar masa muscular. Por lo tanto, es importante realizar estas fases de manera adecuada, dándole al cuerpo un tiempo suficiente en cada etapa y asegurándose de mantener un equilibrio calórico adecuado para evitar cualquier tipo de pérdida de grasa o masa muscular no deseada.
“ERRORES ESTÚPIDOS” QUE HAN PASADO DESAPERCIBIDOS DURANTE DÉCADAS.
Error #10: Alternar “fases de volumen” y “fases de definición”
El culturismo como hoy lo conocemos tiene poco más de 70 años de vida. Como en todos los sectores de la sociedad, la nutrición de los culturistas también ha pasado por todas las etapas de aprendizaje a base de “prueba y error”.
Quizás el error que más daño ha causado, ha sido el de reducir exageradamente el consumo de grasas. A medio y largo plazo, muchos culturistas y deportistas han realizado esta práctica durante décadas. Recordemos aquellas épocas en las que se recomendaba desayunar 12 ó 15 claras de huevo. Donde apenas se ingiere grasa durante el resto del día.
Como muchos de los que han leído mi libro Isodieta saben perfectamente, lo que conlleva la falta o escasez de grasa en la dieta. Esto nos conduce a carencias en la asimilación de todas las vitaminas liposolubles. Además, una reducción grave de la producción de testosterona y todas las hormonas sexuales. Asimismo, podemos sufrir propensión a desgarres, roturas de fibras, lesiones musculares y articulares, asma, etc.
Afortunadamente, ya son muchas las voces que se han levantado en la defensa de la importancia de ingerir la cantidad necesaria de grasa. Tan esenciales como la cantidad necesaria de proteínas. Fui el primero en explicar detenidamente en mi libro “Adelgazar sin matarse” en 2005 y he profundizado en el último “Isodieta”.
El error de alternar volumen y definición
El segundo error que más daño ha causado a los culturistas ha sido el de someter a sus cuerpos a “etapas salvajes de volumen” y “etapas salvajes de definición”.
Alternar “fases de volumen” y “fases de definición” es una estrategia comúnmente utilizada por aquellos que desean cambiar su composición corporal. Durante las fases de volumen, el objetivo principal es aumentar de peso, principalmente en forma de masa muscular.
Se requiere un superávit calórico y un enfoque en consumir la cantidad adecuada de macronutrientes para satisfacer las demandas nutricionales del cuerpo. Además, la actividad física juega un papel crucial en la construcción de masa muscular durante esta fase. Por otro lado, durante las fases de definición, el objetivo es perder peso y reducir la grasa corporal, manteniendo la mayor cantidad de músculo posible.
Se crea un déficit calórico al consumir menos calorías de las que se queman, lo que lleva a la pérdida de peso. Además, es importante mantener un enfoque en la ingesta adecuada de macronutrientes y ajustar la actividad física para maximizar la quema de grasa y preservar la masa muscular. Alternar entre estas dos fases puede ayudar a optimizar los resultados a largo plazo y obtener un equilibrio hormonal y nutricional óptimo.
Hay culturistas que, desde el día siguiente a la competición y bajo la justificación de que entran en una etapa de volumen, se atiborran de carbohidratos. Con esto pretenden que eso les haga ganar músculo. En muchos casos, defienden esta rutina como una forma muy sana de alimentarse.
La mal llamada “etapa de volumen”, es el justificante para llenarse de carbohidratos y engordar. Esta práctica es defendida argumentando que se gana músculo porque siguen entrenando. Con esto creen que van a conseguir quemar esas ingentes cantidades de carbohidratos. Pero en realidad lo que están ganando es grasa, tanto intra y extra muscular. Ese aporte exagerado de carbohidratos no proporciona absolutamente nada de nitrógeno ni aminoácidos. Por lo tanto, jamás se puede convertir en músculo.
Son los mismos que critican a la Isodieta y a otras dietas que reducen los carbohidratos. Estos inventan que si los carbohidratos fueran “esenciales” o si los quitamos nos quedaremos sin fuerzas para entrenar. No se dan cuenta de que la grasa, de la que se privan, les podría proporcionar 9 cal/gr, más del doble que los carbohidratos. Esto no provoca secreción de insulina por su lenta asimilación. Además, es considerada por muchos entrenadores un combustible mucho más eficaz que los carbohidratos. Al casi eliminarla de su alimentación, pretenden compensar la falta de energía de la que se están privando con un montón de carbohidratos. Estos les proporcionan una energía muy fácil de asimilar. Pero muy volátil pues, al menor descuido, provoca secreción de insulina y se convierte en grasa acumulada. Esto nos priva de esa energía que pretendían ganar. Los carbohidratos proporcionan una energía “traicionera”.
Tampoco se dan cuenta de que la dieta excesivamente baja en grasas que siguen está destruyendo. A medio y largo plazo, sus articulaciones, tendones y ligamentos y sufren lesiones y roturas de ligamentos. Existen ácidos grasos “esenciales” que nuestro cuerpo no puede producir y necesitamos recibir a través de la alimentación.
¿Fuertes o gordos?
Cuando intentamos hacerles ver que se están poniendo demasiado gordos, se ofenden. Además, pretenden hacernos creer que no están gordos sino fuertes. Asimismo, nos garantizan que, sin cambiar su dieta, conseguirán máxima definición en cuanto lo deseen. Todos sabemos que para milagros hay que ir a Lourdes. Para que una dieta que les ponga gordos, es imposible que por arte de magia se convierta en una dieta de definición. Es el principio de “negar la evidencia”. Exactamente igual que a los “megaréxicos” que comento en mi libro y a tantos he tratado y estudiado en mi consulta de Miami.
Lamentablemente, los que así actúan están esperando utilizar unas “pócimas milagrosas” llamadas “esteroides”. Efectivamente a base de esteroides pueden llegar a alcanzar una definición que les permita competir. A medio y largo plazo, su uso equivocado conlleva y la desnutrición que les producen esos ciclos de engorde y adelgazamiento. Además de todas las enfermedades que la falta de grasa les puede ocasionar.
También afortunadamente cada día hay más expertos que empiezan a recomendar la moderación en esos procesos. Aconsejan mantener casi el mismo peso durante el mayor tiempo posible. Con ello se evita esas subidas y bajadas de peso que siempre resultan perjudiciales.
“ESTE ES EL CAMINO, QUE MARCA LA ISODIETA”
Parece que el súper campeón Lee Haney también pensaba lo mismo, como describe en el artículo publicado en ‘Muscular Development Latino’. “Ganar grasas no te hace más fuerte”, afirma el 8 veces Míster Olympia.
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