“ERRORES ESTÚPIDOS” QUE HAN PASADO DESAPERCIBIDOS DURANTE DÉCADAS.

Error #5: No comas grasa, que te engorda.

Llevamos más de 60 años “DISPARANDO CONTRA UN ENEMIGO EQUIVOCADO”, disparando contra las “GRASAS DE LOS ALIMENTOS”, cuando deberíamos haber estado disparando contra las “GRASAS QUE TENEMOS ACUMULADAS”, que no tienen absolutamente nada que ver con las grasas de los alimentos.

Las grasas de los alimentos son macronutrientes tan esenciales e imprescindibles como las proteínas porque ambos son componentes químicos básicos de todas nuestras células. Por eso decimos que hay aminoácidos “esenciales” (componentes de las proteínas) y ácidos grasos “esenciales” que nuestro cuerpo necesita recibir a través de los alimentos porque es incapaz de producirlos.

En cambio, las grasas que tenemos acumuladas, aunque también las llamemos grasas, son algo completamente distinto están formadas por triglicéridos que provienen fundamentalmente del exceso de glucosa en sangre y, esto es muy importante, aunque lográramos “quemarlas”, utilizándolas como combustible, jamás van a volver a entrar en nuestro aparato digestivo ni ser consideradas como grasas alimentarias sino que, a través del proceso llamado gluconeogénesis, una parte va a ser utilizada como combustible directamente por las células y otra se volverá a transformar en glucosa para volver a la sangre.

El error de no comer grasa

Y digo que es un “error estúpido” porque sólo ha estado basado en que las grasas aportan 9 calorías por gramo (2 gramos de carbohidratos contienen 8), sin tomar en consideración que constituyen uno de los pilares de la buena alimentación, uno de los dos “nutrientes esenciales”. Es hora de “desatanizar” a las grasas de los alimentos y denunciar al verdadero culpable, los carbohidratos.

El Dr. Atkins tiene el mérito incuestionable de ser el primero que, hace más de 35 años, demostró palpablemente, como han comprobado millones de seguidores en el mundo, que se puede adelgazar comiendo toda la grasa que se quiera, siempre y cuando se eliminen completamente los carbohidratos de nuestra alimentación. Cualquiera que haya experimentado su dieta sabe perfectamente que funciona, independientemente de otros errores que se le puedan achacar por haber permitido demasiado exceso de grasa.

Evidentemente fue el primero en demostrar que lo que nos hace engordar no es la grasa sino los carbohidratos, pero en sus libros no explica ni llega a comprender claramente porqué. Yo tengo el honor de haber sido el primero que en 2005 dio una explicación científica del proceso y también soy el primero que, en 2005, propuso ALGO “TAN EVIDENTE” COMO QUE “A LOS CARBOHIDRATOS JAMÁS SE LES DEBIÓ LLAMAR NUTRIENTES SINO COMBUSTIBLES”.

También he sido el primero en “mojarme” y recomendar cifras ideales de proteínas y grasas para cada tipo de persona en función de sus circunstancias y composición corporal. Los demás hablan de no tomar exceso de grasas pero nadie se ha mojado diciendo cuánto es ideal y cuánto es exceso. Y, si alguno lo dice, no hace más que repetir como papagayo las absurdas recomendaciones de las ya fracasadas pirámides alimentarias, el 20 a 30% de la ingesta diaria de calorías, de una forma genérica, inconcreta y con iguales recomendaciones para el que tiene mucho músculo y poca grasa como para el opuesto que tiene mucha grasa y poco músculo, tanto para el que quiere adelgazar como para el que quiere engordar. ¿Puede haber algo más inconcreto y absurdo?

Es claro que resulta mucho más cómodo en nutrición limitarse a repetir las recomendaciones que se vienen dando desde hace más de 60 años, aunque hayan demostrado estar absolutamente fracasadas, que nadar contra corriente, denunciar los errores y presentar nuevos conceptos. Repetir como papagayos sabe hacerlo cualquiera, para investigar y enfrentarse hay que ser un poco más valiente y tener más ganas de investigar y trabajar. Pero el que repite lo que otros dijeron no aporta nada nuevo, mientras que el que se revela, investiga y arriesga una opinión diferente, puede equivocarse alguna vez porque todos somos humanos, pero también puede que con sus investigaciones haga progresar a la ciencia de la nutrición y ayude a los millones de personas gravemente afectadas por la obesidad y las enfermedades degenerativas.